En esta ocasión, os voy a contar una historia de esas, que sobretodo para el que las vive son curiosas, pero a lo mejor para las personas que lo lean lo encuentran insulso y sin importancia.
Cuando era pequeño, y aunque en mi caso, no frecuentababa mucho las estaciones de tren, siempre me llamó la atención un hecho..las personas que vivían en ella, esas familias que vivían en una estacion y que tenían unas peculiaridades tan distintas al resto de casas por el hecho de serlo.
Más adelante, cuando mi vida laboral transcurrió durante años por las estaciones, esa curiosidad sobre lo que sentirían esas personas continuaba, aunque ya estaba bastante en desuso que las estaciones estuvieran habitadas.
Para no enrollarme mucho, pasaré a contar la forma en la que mi casa pasó a ser una estación de tren.

En una de las tardes de trabajo en Balmaseda, de las casi 10 largas horas de servicio, y charlando con uno de los maquinistas, que al ser estación término tenía un rato de descanso..me comentó que si seguía viviendo en Bercedo (Burgos), pueblo famoso por aquellas tierras por el pan y sobretodo el frio, al estar justo al coronar el puerto del Cabrio, uno de los más duros de la via estrecha.

La respuesta fue que si, todos los días subiendo y bajando el puerto del Cabrio, que en invierno os puedo asegurar no es nada recomemendable.
Más de un día había tenido que buscar una pensión cerca de la estación porque la carretera estaba cortada o impracticable.
Me comento:”Como no pides la estación de Traslaviña?, que la han remodelado hace poco y está perfecta.
Yo pensé, si ese derecho es sólo para los jefes de estación y otras categorías…pero el caso era que si nadie con derecho reglamentario la pedía, podían pedirla otros agentes.
Así fué como después de efectuar la correspondiente petición pasé a vivir en Traslaviña, estación de la línea Santander-Bilbao y que antiguamente enlazaba con el malogrado ferrocarril a Castro Urdiales.

Realmente la estación está en un entorno incomparable, vivir en un chalet como ese es algo impagable.
“Vivir en una estación”, como dice el título del articulo es diferente a cualquier otra vivienda..las carreteras, caminos y sus coches se cambian en este caso por vías y trenes.

Así, el concepto bajar a la calle se convierte en bajar a la via, y cuidado con los coches cambiado por cuidado con los trenes.
De hecho salir a la calle y pasear por los alrededores, lo único que veías era aparte de las circulaciones habituales, a la Brigada trabajando o a mi “vieja amiga” la 1057 estacionada en una de sus vías.


Otro de los beneficios de vivir en una estacion para un factor de circulación, es que los días que me tocaba servicio en esa estación los traslados no eran muy largos, pero como comentaré más adelante ese tema aún mejoraría.

No todo iban a ser buenas noticias, y llegó el momento que un ferroviario con derecho a vivienda, solicitó la estación de Traslaviña, así que tuve que recoger mis cosas y volar a otro nido.
Antes de explicaros mi próximo traslado os mostraré los paisajes que podía disfrutar.


Como os estaba diciendo, al tener que trasladarme, la empresa me dio un tiempo para poder buscarme otra vivienda y la suerte hizo que aún me acercara más a mi puesto de trabajo habitual.
Puestos ya a pedir, la estación de Balmaseda que durante muchos años habia estado habitada estaba ahora libre, y mientras pasaba los últimos días en Traslaviña, recibí la comunicación de que mi petición había sido aceptada.

Así fué como el traslado fué a la estación donde tenía mi residencia y donde trabajaba diariamente.

El cambio aún fué para mejor, Balmaseda es ya una población importante, con todos los servicios necesarios y conectada con Bilbao con un servicio amplio.

Los paisajes no eran tan impresionantes, pero lo que sí que se veían eran trenes, además del servicio de viajeros, a 100 metros están los talleres y la estación de mercancías donde se formaban los trenes hacia Arija, Ariz y Luchaba.

El movimiento de máquinas, mercancías y unidades de viajeros era constante.

Como ya dije vivir en un sitio donde bajas las escaleras y estás en el trabajo no tiene precio.
La decoración en una casa que se supone provisional nunca puede ser muy espléndida pero siempre hay lugar par objetos decorativos.

En este caso además de decoración eran herramientas de trabajo.
Y por si alguien no lo sabía, también Papa Noel viene a las estaciones a repartir los regalos a los que se portaron bien.
Una de las cosas malas de vivir en el mismo sitio que trabajas es que a veces cuesta desconectar.
Llegar un día y ver día locomotoras que habitualmente no se quedaban y pensar:”Que habrá pasado?”.

La verdad es que ver una estación de noche con los trenes parados, o incluso en solitario es una experiencia impresionante, que por suerte la he vivido en muchas ocasiones y diferentes escenarios.

El paisaje que se ve desde la ventana no varía mucho con los días, hoy unas unidades eléctricas, mañana otras y a veces algún automotor diesel o coches, pero eso normalmente era sinónimo de problemas.

Las nevadas en esta zona no eran muy copiosas pero complicaba un poco el servicio.

Ya os he explicado mis vivencias como habitante en dos estaciones, os puedo asegurar que es una experiencia diferente.
En su momento me sentí muy agradecido a la que era mi empresa por dejarme habitar en las dos estaciones y creo que seria una buena manera de conservar edificios centenarios, haciendo que fueran la vivienda de sus empleados.
Un pedacito de tu alma. Por un momento nos has transportado hasta tu vivencia. Un post precioso.
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Gracias Isaac.
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Muy bonita historia. Gracias por compartirla.
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Gracias Luis
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Me gustan especialmente las primeras fotos fotos de la bateadora B-80 y posteriormente la de bateo continuo.ya que se ven pocas fotos y reconocimiento a los trabajos de mantenimiento y construcción de via
Un Matisero de toda la vida.
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Gracias, hasta hoy no vi tu comentario, estoy empezando con esto del blog, disculpa la demora
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Bien, bien. Me gusta la foto del amiguete que okupaba el espacio junto a la estufa. Me había hablado de él y es divertido recordarle.
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Era buen compañero, nunca entraba en “dinámicas” entrañas.
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